Este
es un pequeño homenaje a Eladio Dieste. Un arquitecto e ingeniero
uruguayo que ha marcado tendencia, siendo referente en todo el mundo.
Para aquellos que no lo conocen, espero que disfruten sus obras,
suguramente muchas las reconozcan.
Nació
el 1 de diciembre de 1917 en Artigas y murió el 20 de julio de 2000 en
Montevideo. Tras recibirse investigó las nuevas corrientes modernistas
que se expandían en Europa en aquel entonces. Le Corbusier era el
emblema, pero Dieste encontró mayores puntos de encuentro con el
arquitecto catalán Antonio Bonet y las obras de su compatriota Joaquín
Torres García.
Doctor
Honoris Causa por la Universidad de la República, fue un profesional de
las artes visuales orientado preferentemente a la arquitectura
industrial, religiosa y excepcionalmente, a la vivienda unifamiliar.
Eligió los grandes temas colectivos de la arquitectura contemporánea: centros comerciales, almacenes, gimnasios, paradores de ómnibus, envasadoras de productos cétricos, silos, hangares de mantenimiento, parroquias.
Dieste sintetiza el poder de la imaginación que se nutre de elementos propios del país en que vive.
Eligió los grandes temas colectivos de la arquitectura contemporánea: centros comerciales, almacenes, gimnasios, paradores de ómnibus, envasadoras de productos cétricos, silos, hangares de mantenimiento, parroquias.
Dieste sintetiza el poder de la imaginación que se nutre de elementos propios del país en que vive.
Sus
obras maravillaron principalmente por el manejo plástico y efectivo de
la luz. Esta capacidad que demostró Dieste en sus obras para darle el
lugar adecuado a la luz, demuestra la importancia que este le daba a la
naturaleza y su fina sensibilidad. El manejo propicio de la luz en sus
obras es lo que nos revela los detalles más sencillos de sus exquisitas
obras. Logró desarrollar una nueva poesía basada en el espacio
arquitectónico.
Su
técnica se denominó ‘cerámica armada’ y se caracterizó por las
construcciones en forma de bóveda realizadas con ladrillo, sus armaduras
de acero y la utilización mínima de hormigón, logrando así la máxima
liviandad posible.
La gran aceptación de su obra se debió principalmente a los costos competitivos que tenía en el mercado.
Dieste
tenía plena conciencia que la técnica por él desarrollada estaba
pensada en un país económicamente subdesarrollado y dependiente como el
Uruguay y eran ajenas a las tendencias de la industria de la
construcción de los países desarrollados, pero estaba convencido que
dicha técnica podía ser válida también en el mundo del desarrollo.
El
año 2005 fue designado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, la
Universidad de Princeton y el MIT de Massachussets, como "El año Eladio
Dieste". En el año 2006 el Día del Patrimonio celebrado en Uruguay los
días 7 y 8 de octubre se celebró bajo el lema "Tradición e Innovación"
Eladio Dieste: el señor de los ladrillos.
“La
forma es un lenguaje, y ese lenguaje debe sernos inteligible; estamos
ansiosos de inteligibilidad y, por lo tanto, de expresión. Parte del
desasosiego moderno se debe a la ausencia de expresividad legítima, a
que nos rodean cosas que ostentan un hermetismo que es la negación de lo
que supondría la fraternidad que damos por supuesta y que naturalmente
debería leerse en la obra del hombre en el espacio” Eladio Dieste.
"Probablemente
lo que llamamos revolucionario es el reencuentro de los hilos de la
tradición. Lo revolucionario es el reencuentro de las tradiciones más
profundas. No solamente en lo que tiene que ver con el arte y la
arquitectura sino en lo que tiene que ver incluso con la política y con
las cosas que más importan. O sea que lo revolucionario es el
reencuentro de cosas que estaban como perdidas y que aparecen de nuevo." Eladio Dieste.
Quizá a partir de ahora el nombre de Eladio Dieste se torne más familiar, quedando registrado en la memoria de los uruguayos.
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