domingo, 17 de octubre de 2010

Todos podemos Pintar !!!


Cuantas veces hemos dicho “anda a la Escuela Horizonte”, “mira que sos discapacitado mental” o nos burlamos de aquella publicidad que un niño ciego leía con sistema de braille “acaso crees que tu puedes vencerme”.

En primero de escuela había un niño que se llamaba Patricio que tenia el síndrome down y cuando salíamos al recreo todos se burlaban de el. Lo asustaban, lo acosaban, le gritaban y hasta le tiraban cosas. Muchas veces me pregunte si en realidad esos niños supuestamente “normales” eran los discapacitados y como podíamos diferenciar a unos de otros.

La respuesta la encontré en un salón de clase, ya no tenia 6 años, no había personas con discapacidades especiales, ni había una maestra que nos pedía que fuéramos al cumpleaños de Patricio porque seria bueno para el (la única fui yo), sino que la docente era yo.

Me encontré con un grupo bastante heterogéneo, las edades eran de 13 a 50 años, hombres, mujeres, estudiantes, profesionales, amas de casa, todos eran “diferentes” pero algo tenían en común, el arte.

Ahí comprendí que el arte todo lo puede, como si fuera algo mágico que no condena la clase social, el género, la raza, la edad, pero sobre todo la discapacidad.

El otro día me encontré con Juan, un amiguito que tiene parálisis cerebral, tiene un trastorno que le dificulta realizar todas las actividades cotidianas como moverse, comunicarse, jugar, manipular objetos, trabajar, difícilmente logre ser un niño independiente.

Creo profundamente que tiene la intención de comunicarse, de agarrar los objetos, de relacionarse con el entorno pero no puede llegar a hacerlo. Y esta en uno, tratar de ayudarlo a conseguir lo que quiere hacer.

Constantemente los seres humanos dedicamos la mayor parte de nuestra capacidad intelectual en analizar, expresar y transmitir emociones y sensaciones a través del arte.

Hable tan solo unos minutos porque se iba al taller de pintura, estaba muy entusiasmado porque había comenzado la técnica de oleo y le gustaba mucho. No quise molestarlo porque estaba llegando tarde a clase, pero la chica que lo cuida me comento que el siguiente mes iban a hacer una exposición con las pinturas que habían realizado durante el año. Y que posiblemente como en años anteriores, las obras que hacían en el taller se iban a poner a la venta. Me pareció una idea genial, pero Juan no estaba del todo conforme y se negaba a vender sus obras porque las quería mucho y no quería que un extraño se las llevara.

Entre risas y abrazos, me despedí con la promesa que un día me lleve a dar una vuelta en su flamante silla de ruedas (automática) que le dio la Teletón.

Seria algo muy interesante romper las barreras que existen alrededor de las personas discapacitadas, especialmente aquellas con discapacidades psíquicas.

Estoy totalmente convencida que no existen discapacidades para expresarse, que es necesario desarrollar y fomentar el arte y la creatividad para personas con o sin discapacidad.

Todos podemos llegar a convertirnos en verdaderos artistas




domingo, 10 de octubre de 2010

Presentacion de Bodyart IMM

Junto a Virginia realizamos una presentación de bodyart en la Intendencia Municipal de Montevideo. Realizamos una performance bastante atipla ya que fusionamos a dos personajes, le agregamos escenografía y lo acompañamos con música.







jueves, 7 de octubre de 2010

Teatro de Verano















¿Porque la pintura ha sido olvidada ?

Hace muchos años, cuando era un pequeño engendro e iba a la escuela, no había otra cosa que me gustara más que ir al taller de pintura. Todos los viernes nos poníamos la túnica de uso exclusivo para la ocasión, algunos la camisa vieja de algún padre y las maestras nos largaban como ganado para el sótano tuburioso. En aquel entonces me llamaba la atención porque nos alejaban de la civilización escolar y mas tarde comprendí que la pintura no es funcional en un jardín de infantes dedicado totalmente a convertir a los niños en seres fácilmente “escolarizables”, preparatorio de la lectura y especialmente de la escritura. La clase era un tanto aterradora pero enseguidita te acostumbrabas a estar envuelto en paredes sin revocar, con pisos de arena y portland y una maraña de cablerio que te prohibían acercarte porque podías quedarte como el abuelito de Patricio [cuadripléjico]. La maestra era un caso aparte, su túnica tenia manchas de pintura acumuladas por años, llegue a ver pedazos de barro incrustados y resecos camuflados entre el verde el fucsia. Todos mis compañeritos miraban a aquella túnica con envidia, llegamos a tirarnos pintura a propósito pero nunca logramos igualarla. Convengamos que éramos unos mugrientos barbaros, dejábamos las huellas en las paredes y en todo lo que estaba cerca, a las coquetas le metíamos barro en el pelo, los que llevaban los championes blanquitos terminaban multicolores, la consigna era: cuanto más desprolijo, más aceptado. No puedo ni debo pasar por alto la vieja y querida “plasticina”, cuando aparecía en acción nuestros ojitos brillaban de maldad, las manos comenzaban a engrasarse y a pegotearse como Bazooka, era una fiesta!!!. El tema comenzaba a complicarse cuando la maestra “pintora” nos decía “pequeños salvajes hagan con este diminusculo trozo de plasticina lo que mas les guste”, en ese preciso momento recurrimos a nuestro líder (el compañerito Augusto) que sabio como pocos gira su cabeza, observa un objeto y susurra “cenicero”, y la monada esboza una sonrisa y todos hicimos ceniceroooooooooossssss!!!. Y lo propio paso con los floreros, los portaretratos, los soles, las lunas, los lapiceroooosss y estemmm nada mas, pero nadie podía discutirme que no era una verdadera pintora o en su defecto artista plástica. Pasaron 23 años de esta historia y en las escuelas siguen enseñando a hacer ceniceros, floreros, lapiceros, etc., esta forma de enseñanza generó la perdida de la creatividad para convertirla en repetición, contorneo, copia y construcción estereotipada. Es el dibujo de los álbumes para pintar, el de copia igual que la figura, el de pinta igual que la figura y el de…siempre igual que la figura. Me canse de escuchar a niños o adultos decir “no se dibujar”, eso se puede cambiar con una mínima dedicación, motivando al niño en su búsqueda creativa y continuándola en el transcurso de los años. Culmino con la siguiente frase: Potencialmente todos sabemos dibujar.