jueves, 1 de noviembre de 2012

Eladio Dieste, un legado uruguayo.


Este es un pequeño homenaje a Eladio Dieste. Un arquitecto e ingeniero uruguayo que ha marcado tendencia, siendo referente en todo el mundo. Para aquellos que no lo conocen, espero que disfruten sus obras, suguramente muchas las reconozcan.



                         


Nació el 1 de diciembre de 1917 en Artigas y murió el 20 de julio de 2000 en Montevideo. Tras recibirse investigó las nuevas corrientes modernistas que se expandían en Europa en aquel entonces. Le Corbusier era el emblema, pero Dieste encontró mayores puntos de encuentro con el arquitecto catalán Antonio Bonet y las obras de su compatriota Joaquín Torres García. 





 Doctor Honoris Causa por la Universidad de la República, fue un profesional de las artes visuales orientado preferentemente a la arquitectura industrial, religiosa y excepcionalmente, a la vivienda unifamiliar.

Eligió los grandes temas colectivos de la arquitectura contemporánea: centros comerciales, almacenes, gimnasios, paradores de ómnibus, envasadoras de productos cétricos, silos, hangares de mantenimiento, parroquias.

Dieste sintetiza el poder de la imaginación que se nutre de elementos propios del país en que vive.




Sus obras maravillaron principalmente por el manejo plástico y efectivo de la luz. Esta capacidad que demostró Dieste en sus obras para darle el lugar adecuado a la luz, demuestra la importancia que este le daba a la naturaleza y su fina sensibilidad. El manejo propicio de la luz en sus obras es lo que nos revela los detalles más sencillos de sus exquisitas obras. Logró desarrollar una nueva poesía basada en el espacio arquitectónico.



  
Su técnica se denominó ‘cerámica armada’ y se caracterizó por las construcciones en forma de bóveda realizadas con ladrillo, sus armaduras de acero y la utilización mínima de hormigón, logrando así la máxima liviandad posible. 

La gran aceptación de su obra se debió principalmente a los costos competitivos que tenía en el mercado.



Dieste tenía plena conciencia que la técnica por él desarrollada estaba pensada en un país económicamente subdesarrollado y dependiente como el Uruguay y eran ajenas a las tendencias de la industria de la construcción de los países desarrollados, pero estaba convencido que dicha técnica podía ser válida también en el mundo del desarrollo.


                                       

El año 2005 fue designado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, la Universidad de Princeton y el MIT de Massachussets, como "El año Eladio Dieste". En el año 2006 el Día del Patrimonio celebrado en Uruguay los días 7 y 8 de octubre se celebró bajo el lema "Tradición e Innovación" Eladio Dieste: el señor de los ladrillos.




“La forma es un lenguaje, y ese lenguaje debe sernos inteligible; estamos ansiosos de inteligibilidad y, por lo tanto, de expresión. Parte del desasosiego moderno se debe a la ausencia de expresividad legítima, a que nos rodean cosas que ostentan un hermetismo que es la negación de lo que supondría la fraternidad que damos por supuesta y que naturalmente debería leerse en la obra del hombre en el espacio” Eladio Dieste.





"Probablemente lo que llamamos revolucionario es el reencuentro de los hilos de la tradición. Lo revolucionario es el reencuentro de las tradiciones más profundas. No solamente en lo que tiene que ver con el arte y la arquitectura sino en lo que tiene que ver incluso con la política y con las cosas que más importan. O sea que lo revolucionario es el reencuentro de cosas que estaban como perdidas y que aparecen de nuevo." Eladio Dieste.



Quizá a partir de ahora el nombre de Eladio Dieste se torne más familiar, quedando registrado en la memoria de los uruguayos.







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